Hola, a lo mejor pensarás que todo lo que tengo que decir ya está escrito.
Sí cómo no… aquí no… aquí tengo muchas verdades que contar, aquí las cosas no son normales y desde que recuerdo estoy siendo utilizado, muchas veces puesto en aprietos, y otras veces me he desesperado y me he quebrado. Pero, ¿quién no lo haría?
Me tratan como un objeto que todo mundo puede utilizar cuando quiera. Pero yo tengo la culpa de todo porque me gusta que me utilicen, me emociona que me tomen del cuerpo y hagan conmigo sus mayores fantasías realidad.
Primero comienza Benito, me toca, juega conmigo, parece que le gusto pero después de obtener lo mejor de mi me abandona y me deja oscilando entre el escritorio y la pared. No tarda mucho tiempo cuando encuentro refugio en las manos de Mario. Y no es porque no haya más como yo. Siento que es porque ya están acostumbrados a que me entrego a conciencia siempre. Tengo su confianza de que lo que hagamos será un secreto, me atrevería a decir que me tienen en la palma de su mano y hago lo que ellos me pidan, normalmente doy el extra.
A lo mejor estos días no los vuelva a vivir, algún día dejaré de ser útil y me reemplazarán. No me quejo, aquí me enseñaron a descubrir que puedo hacer más de lo que imaginaba que sería útil.
Veo a las demás personas y me enorgullece que la mayoría sean mujeres, puedo identificarme con ellas, escucho sus pláticas y me río. A veces también son serias pero cuando eso sucede es porque algo importante está por ocurrir, ¡¡y así es!! De repente volteo y veo un diseño en su monitor con todo lo que debe de llevar un gran diseño y es cuando vuelven a surgir las risas entre todas ellas y descubro que mi sola presencia ayudó a hacer realidad ese espectacular que bocetó el equipo antes de comenzarlo en Photoshop.
Te darás cuenta que soy un lápiz afortunado. No soy cualquier lápiz pues yo soy el que traza las primeras ideas de todos los proyectos que hacemos en DIVERSO.
Soy el Lápiz que hace que todos nuestros clientes y amigos digan: “Las cosas cambian”
Bienvenidos.